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domingo, 15 de enero de 2012

La sociedad de los Inimitables


Cuenta Plutarco en su obra "Vidas paralelas" que Marco Antonio, arrastrado por Cleopatra se marchó a Alejandría donde, junto a ella y varios amigos, fundaría la sociedad de la vida inimitable (amimétobies) consistente en realizar un gasto desmedido, siempre para crear la máxima diferencia entre ellos y los demás mortales.
Entretenido en las diversiones y juegos propios de un muchacho dado al ocio, desperdiciaba y malograba el gasto de mayor precio de todos, como decía Antifón, que es el tiempo: porque seguían la que llamaban comunión de vida inimitable; y convidándose alternativamente por días, hacían un gasto desmedido.
El mismo Plutarco nos muestra algunos ejemplos de la vida licenciosa llevada a cabo por Marco Antonio en Alejandría; así nos señala un banquete en los que se cocinaron ocho cerdos monteses (jabalíes) para doce comensales, simplemente para que cuando algún invitado quisiese cenar, alguno de los cerdos cocinados estuviese en ese momento en su punto.

le persuadió éste a que pasara a ver la suntuosidad y aparato de uno de aquellos banquetes, que introducido a la cocina, entre otras muchas cosas vio ocho cerdos monteses asados, lo que le hizo admirarse del gran número de convidados, a lo que se rió el cocinero, y le dijo que los convidados no eran muchos, sino unos doce: pero que era preciso que estuviera en su punto cada cosa que había de ponerse a la mesa, y, pasado éste, se echaba a perder: pues podía suceder que entonces mismo pidiese Antonio la cena, o de allí a poco, si le ocurría, o dilatarlo más, pidiendo un vaso para beber, o por moverse alguna conversación; por lo cual no parecía que era una cena sola, sino muchas las que se preparaban, a causa de que no podía preverse la hora.
Cuenta Plinio el Viejo en su Historia Natural, que Cleopatra se apostó  con Marco Antonio que podía gastarse en un solo banquete seis millones de sestercios, hecho que a Marco Antonio le pareció imposible y aceptó la apuesta. Despues de un excelente banquete, Antonio le comentó a Cleopatra que ciertamente el banquete había sido muy bueno, pero no más impresionante que otros a los que había asistido. A lo que Cleopatra contestó que aquello había sido un aperitivo. Se sacó uno de sus perlas (las dos perlas más valiosas de la antiguedad eran propiedad de Cleopatra) y la introdujo en una copa de vinagre de vino. La perla se disolvió (la naturaleza ácida del vinagre disuelve el nácar, compuesto principalmente de carbonato de calcio cristalizado) y Cleopatra se bebió el vino ante los atónitos ojos de Marco Antonio.

De la sociedad de los inimitables también participaba el hijo mayor de Antonio, el cual, según Plutarco, harto de un médico que los mortificaba con disputas mientras cenaba, le hizo callar con este sofisma
Al que está algo calenturiento se le ha de dar de beber frío; todo el que tiene calentura está algo calenturiento; luego a todo el que tiene calentura se le ha de dar de beber frío”
Y para celebrar su ocurrencia le regaló a Filotas numerosas piezas de plata.

Cleopatra siempre le tenía preparado un nuevo placer o una nueva gracia a Marco Antonio, con él jugaba a los dados, con el bebía y con él cazaba y tomaron ambos la costumbre de disfrazarse de esclavos y recorrer las calles de Alejandría haciendo burlas
Cuando de noche se acercaba a las puertas y ventanas de los particulares para hacer burlas a los que se hallaban dentro, ella también corría con él las calles, y le acompañaba, tomando el traje de una esclava, porque él se disfrazaba de la misma manera; de aquí es que siempre se retiraba habiendo sufrido por su parte algunas burlas, y a veces hasta golpes, lo que a muchos los inducía a sospechar de él.
Los alejandrinos se maravillaban con el carácter festivo de Antonio, que les decía que con los romanos se ponía la máscara trágica y con los egipcios la cómica.

Uno de los juegos relatados por Plutarco consistió en mientras Antonio estaba pescando, le ordenó a sus esclavos que se sumergiesen en el agua y enganchasen a su anzuelo peces ya capturados.
Tras 3 capturas, Cleopatra fingió que se maravillaba, pero al dia siguiente... 
mandó a uno de los suyos que nadara por debajo del agua y adelantándose, colgara del anzuelo pescado salado del Ponto. Cuando Antonio creyó que había caído algún pez, tiró, y siendo el chasco y la risa tan grande como se puede pensar, “Deja- le dijo-, ¡oh Emperador!, la caña para nosotros los que reinamos en el Faro y en Canopo; vuestros lances no son sino ciudades, reyes y provincias”

Estaba, pues, Marco Antonio atrapado en un carpe diem oriental que ya sabemos todos como acabó,pero está claro que se lo pasó en grande, y es que, con Cleopatra, con todos los lujos de la corte egipcia y viviendo en la Alejandría del año 30 a.c. ¿quién no sucumbiría?
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Fe de Erratas:

Es posible que esta entrada albergue algún error histórico referido a fechas o nombres. Si es así, ruego que me lo notifiquéis para dar fe del error. Muchas gracias por vuestra colaboración


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Más información:

Vidas Paralelas de Plutarco
Arameoclasico.blogspot.com
Anécdota de la perla. La aldea irreductible



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4 comentarios:

Una historia muy curiosa y atractiva, aunque no puedo dejar de preguntarme si en parte Plutarco no hacía mas que reflejar los prejuicios romanos hacia la decadente corte de Cleopatra.

Un saludo

pues seguramente, ya que Plutarco vivió del año 50 al 120 (d.c) y aún estaba muy reciente la campaña de desprestigio orquestada por Octavio contra Marco Antonio (30 a.c) que le permitió declararle la guerra como enemigo de Roma. Y es que Marco Antonio,Cleopatra y sus descendientes eran un problema muy serio, podían provocar la escisión del imperio Romano, con Egipto a la cabeza del imperio oriental (al menos es lo que dicen que quería Cleopatra).
Aprovecho para darte las gracias por tu ayuda y por leerme. Espero con interés la próxima entrada de tu blog.Saludos!!

No hay por qué darlas, de momento lo que llevo leído por aquí me ha parecido muy interesante. Además desde que vi la serie Roma se me despertó la curiosidad por saber más del periodo previo a la caída de la República. A ver cuando tengo un hueco y me pillo algún libro al respecto.

Y con respecto a mi blog, ahora mismo estoy en mitad de la redacción de la siguiente entrada, a ver si esta semana la acabo (y os gusta, claro).

De nuevo un saludo, te sigo leyendo :)

ups, hay un error en mi comentario... y es que la escisión que podía provocar Antonio y Cleopatra sería la de la República romana pero no el Imperio Romano, que no empezaría hasta poco despues de que Octavio venciera precisamente a Antonio...(en el 27a.c.)

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