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jueves, 5 de enero de 2012

Herejias del Cristianismo: Arrianismo


Uno de los primeros problemas a los que se enfrentaron las primeras comunidades cristianas fue el definir la naturaleza de Jesús. Ello dio lugar a múltiples herejías y empezó el camino que desembocaría en el cristianismo tal y como lo conocemos hoy.

Debemos el nombre de esta herejía a Arrio (311), un presbítero de Alejandría que estructuró una doctrina que ya circulaba por Antioquía.

Según esta doctrina, de las tres personas que forman la Trinidad, El Hijo, encarnado en Jesús, había sido creado por el Padre antes de todos los tiempos, en la Creación. Y aunque era una criatura superior, no puede ser igualada al Padre. Entonces, el arrianismo, es la opinión de que Jesús fue un ser creado con atributos divinos, pero no divino en y por Sí mismo.

Esta creencia fue debatida en el Concilio de Nicea (325), presidido por el Obispo Osio de Córdoba. De él salió, entre otras cosas, el Credo o Símbolo de Nicea en el que se dice del Hijo que fue " engendrado, no creado, consustacial al padre (omousion to Patri)". A partir de ese momento el Arrianismo pasó a ser considerada una creencia herética, desviada del dogma cristiano.


Arrio fue desterrado y murió en el año 336 (se dice que fue envenenado cuando esperaba el perdón), sin embargo el arrianismo perviviría como religión oficial de algunos pueblos germanos hasta el siglo VI (como los visigodos, que se convertirían al cristianismo con la conversión de Recaredo en el año 587). Incluso el emperador romano Constantino I fue bautizado en su lecho de muerte por un obispo Arriano llamado Eusebio de Nicomedia en el año 337.

Según Atanasio de Alejandría (defensor del dogma aprobado en el concilio de Nicea) éstas son algunas de las enseñanzas arrianas
"Dios no siempre fue Padre" sino que "hubo un tiempo en que Dios estaba solo y aún no era Padre, pero después se convirtió en Padre." "El Hijo no existió siempre;" pues, así como todas las cosas se hicieron de la nada, y todas las criaturas y obras existentes fueron hechas, también la Palabra de Dios misma fue "hecha de la nada" y "hubo un tiempo en que no existió" y "Él no existió antes de su origen", sino que Él y otros "tuvo un origen de creación". Pues Dios, dice, "estaba solo, y la Palabra aún no era, ni tampoco la Sabiduría. Entonces, al desear darnos forma, Él hizo a cierto ser y lo llamó Palabra, Sabiduría e Hijo, para que pudiera darnos forma por medio de Él."

Atanasio de Alejandría, Primer discurso contra los arrianos
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Fe de Erratas:

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Imagen: Wikimedia Commons

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