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jueves, 10 de noviembre de 2011

Diluvio universal de Noe...y de Utnapishtim

Animales embarcando al Arca de Noé
Tablilla XI Poema de Gilgamesh













Todos hemos leído alguna vez el relato del diluvio universal de Noé; pero lo que quizás no todos conocemos es que existe un relato anterior, el poema de Gilgamesh (de la primera mitad del II milenio a.c) cuya tablilla XI guarda mucha semejanza con el mito del Diluvio universal de Noé (Génesis I milenio a.c).

La cuna de la civilización occidental esta en Mesopotamia, región donde se pasó de la prehistoria a la historia con la aparición de la escritura cuneiforme. Esta región entre ríos es la sede de la civilización Sumeria y Acadia. Unos de los reyes de URUK I (SUMER) hacia el año 2600 a.c fue Gilgamesh al que se le dedicó este poema que es uno de los primeros relatos de la humanidad descubiertos en la actualidad.

En el relato podemos comprobar que el concepto de Diluvio Universal ordenado por Dios contra los humanos no es original de la Biblia, siendo con toda probabilidad una evolución y  asimilación de conceptos sumerios y acadios a la religiosidad del pueblo judío.

En esencia; la leyenda sumeria cuenta que Enlil, hastiado del ruido que provocaban los habitantes de la tierra, decide eliminar a la especie humana a través de un diluvio. Enki, se apiada de los humanos y advierte a Utnapishtim (en sumerio Ziusudra), rey de Shuruppak, del desastre que se avecina. Le aconseja que fabrique un barco y guarde en él una pareja de cada especie animal de la tierra. Ziusudra sigue su consejo y salva así a la humanidad.

Podeis ver un análisis muy bueno aquí.
Extraigo de la web citada una comparativa entre los dos relatos:
  • El Génesis describe cómo la humanidad se había vuelto pecadores y débiles, indignos ante Dios. En el Poema de Gilgamesh, eran demasiado numerosos y ruidosos.
  • En ambos relatos, los dioses deciden enviar una inundación a gran escala para arrastrar todo a su paso.
  • Ambos dioses eligen a un hombre sabio y recto, Utnapishtim, o Noé.
  • Los dos dioses ordenan a su héroe que construya un arca gigante de madera
  • Ambas arcas debían ser cerradas con fuerza
  • Ambas arcas tenían varios compartimientos internos
  • Ambas arcas tenían una única puerta central y al menos alguna ventana
  • En las dos arcas irían el héroe, junto con algunos humanos y animales seleccionados
  • Una gran lluvia cubriría la tierra con agua
  • Las dos arcas permanecerían en una montaña del Cercano Oriente
  • En los dos relatos, el héroe envía pájaros en intervalos regulares para que encuentren tierra seca en las cercanías
  • Los dos primeros pájaros retornaron al arca, el tercero no regresa, señal de que había encontrado tierra seca
  • Los “héroes” y sus familias dejan el arca, asesinan un animal en un ritual como sacrificio a los dioses
  • Dios (o los dioses mesopotámicos) huelen la carne chamuscada del sacrificio
  • El héroe es bendecido
  • Los dioses babilónicos parecen estar genuinamente arrepentidos. El Dios de Noé muestra algo similar, porque promete no hacerlo de nuevo

 Y para quien quiera leérselo, aquí está el relato de la tablilla XI del Poema de Gilgamesh:
 
Gilgamesh habló a Utnapishtim el Lejano: «Te he estado observando, pero tu aspecto no no es extraño, ¡eres como yo! Tú mismo no eres diferente, ¡eres como yo! Tenía la intención de luchar contra ti, pero (en cambio) mi brazo se posa amistosamente sobre ti. Dime, ¿cómo asististe a la Asamblea de los dioses y encontraste la vida (eterna)?» Utnapishtim habló a Gilgamesh, diciendo: "Te revelaré, Gilgamesh, una cosa oculta, y un secreto de los dioses te diré:
Suruppak, ciudad que tú conoces y que en las riberas del Éufrates está situada, esa ciudad era muy antigua, y había dioses en ella. Los corazones de los grandes dioses los impulsaron a suscitar el diluvio. El padre de todos, Anu, ordenó el juramento [de no revelar lo que allí se hablara], el valiente Enlil era su consejero, Ninurta, su asistente, Ennuge, su irrigador. Ea
(el sabio príncipe) también estaba con ellos bajo el juramento [de silencio], así que repitió su parlamento a la choza de cañas: «¡Choza de cañas, choza de cañas! ¡Pared, pared! ¡Oh, Hombre de Suruppak, hijo de Ubar-Tutu! ¡Demuele (esta) casa y construye una nave! Renuncia a tus riquezas y busca la vida.  ¡Desdeña tus pertenencias y salva a los seres vivos! Haz que todos los seres vivos suban al barco. El barco que has de construir ha de tener las mismas dimensiones: su longitud debe corresponder con su anchura. Constrúyele un tejado como el Apsu.».
Entendí y dije a Ea, mi señor: «He aquí, mi señor, lo que así ordenaste tendré a honra ejecutar. Pero, ¿qué contestaré a la ciudad, a la gente y a los ancianos?» Ea habló, diciéndome a mí, su servidor: En tal caso, esto es lo que has de decirles: «He sabido que Enlil me es hostil, de modo que no puedo residir en vuestra ciudad, ni poner mi pie en el territorio de Enlil. Por lo tanto, a lo profundo bajaré, para vivir con mi señor, Ea. Pero sobre vosotros derramará la abundancia, los pájaros selectos, los más excelentes peces. La tierra se colmará de riqueza de cosechas. Por la mañana hará que lluevan panes y por la noche trigo».
Al primer resplandor del alba, [la gente de] la región se juntó a mi alrededor, el carpintero trajo su hacha, el artesano de las cañas trajo su piedra
(de trabajo), [...] el niño llevaba la brea, el débil trajo todas las otras cosas necesarias. Al quinto día tendí su maderamen exterior. Un acre (entero) era el espacio de su suelo, diez docenas de codos la altura de cada pared. Diez docenas de codos cada borde del cuadrado puente. Preparé los contornos (y) lo ensamblé. Lo proveí de seis puentes, dividiéndolo (así) en siete pisos. Cada piso lo dividí en nueve compartimentos. Clavé desaguaderos en él. Me procuré pértigas y acopié suministros. Tres sar de betún eché en el horno. Tres sar de asfalto también eché en el interior, tres sar de aceite los portadores de cestas transportaron, Aparte de un sar de aceite que la calafateadura consumió, y los dos sar de aceite que el barquero estibó.
Bueyes maté para la gente y sacrifiqué ovejas cada día. Mosto, vino rojo, aceite y vino blanco di a los trabajadores para beber, como si fuera agua del río, para que celebrasen como en el día del año nuevo. Abrí... ungüento, aplicándo
(lo) a mi mano. Al séptimo día el barco estuvo completo. La botadura fue ardua. Tuvieron que formar una pista de rodillos que llevaban de atrás adelante hasta que dos tercios de la estructura entraron en el agua. Cuanto tenía cargué en él: cuanta plata tenía cargué en él; cuanto oro tenía cargué en él; cuantos seres vivos tenía cargué en él. Toda mi familia y parentela hice subir al barco. Las bestias de los campos, las salvajes criaturas de los campos. Todos los artesanos hice subir a bordo
Shamash me había fijado un tiempo: «¡Por mañana haré que lluevan panes, y por la noche trigo! ¡Sube [entonces] a bordo y sella la entrada!» Aquel tiempo señalado llegó: por la mañana, hizo que llovieran panes, y por la noche trigo. Contemplé la apariencia del tiempo. El tiempo era espantoso de contemplar. Subí al barco y sellé la entrada. Por haber calafateado el barco, a Puzur-Amurri, el barquero, cedí la casa con todo su contenido. [En otros textos, Utnapishtim le entrega al barquero, que cierra la escotilla por fuera, una tablilla nombrándolo heredero de todos sus bienes que quedan atrás.] [...]
Al primer resplandor del alba, una nube negra se alzó del horizonte. En su interior Adad truena, mientras Sullat y Hanis van delante, moviéndose como heraldos sobre colina y llano. Erragal arranca los amarraderos; avanza Minurta y hace que los diques se desborden. Los Anunnaki levantan las antorchas, encendiendo la tierra con su fulgor. La consternación por los actos de Adad llega a los cielos, pues volvió en negrura lo que había sido luz. La vasta tierra se hizo añicos como una vasija. Durante un día el viento del sur sopló, más y más fuerte, sumergiendo los montes, atrapando a la gente como un ataque. Nadie ve a su prójimo, no pueden reconocerse unos a otros en el torrente. Los dioses se aterraron del diluvio y, retrocediendo, ascendieron al cielo de Anu. Los dioses se agazaparon como perros acurrucados contra el muro exterior.
Ishtar gritó como una parturienta, la señora de dulce voz de los dioses gime: «Los días antiguos se han trocado, ¡ay!, en arcilla porque dije maldades en la asamblea de los dioses. ¡Cómo pude decir maldades en la asamblea de los dioses, provocando una catástrofe para destrucción de mi gente! ¡No tardé más en dar a luz a mi querido pueblo de lo que él tarda ahora en llenar el mar como los peces! Los dioses Anunnaki lloraban con ella, Los dioses, humildemente, lloran sentados, con los labios ardiendo, muertos de sed.

Seis días y siete noches sopló el viento del diluvio, mientras la tormenta del sur barre la tierra. Al llegar al séptimo día, la tormenta del sur
(transportadora) del diluvio amainó en la batalla, que había reñido como un ejército. El mar se aquietó, la tempestad se apaciguó, el diluvio cesó. Contemplé el tiempo: la calma se había establecido, y toda la humanidad había vuelto a la arcilla. El paisaje era llano como un tejado. Abrí una escotilla y la luz hirió mi rostro. Inclinándome muy bajo, me senté y lloré, deslizándose las lágrimas por mi cara. Miré en busca de la línea litoral en la extensión del mar: a doce leguas emergía una región (de tierra). En el Monte Nisir el barco se detuvo. El Monte Nisir mantuvo sujeta la nave, impidiéndole el movimiento, Un primer día, un segundo día, el Monte Nisir mantuvo sujeta la nave, impidiéndole el movimiento. Un tercer día, un cuarto día, el Monte Nisir mantuvo sujeta la nave, impidiéndole el movimiento. Un quinto y un sexto (día), el Monte Nisir mantuvo sujeta la nave, impidiéndole el movimiento.

Al llegar el séptimo día, envié y solté una paloma. La paloma se fue, pero regresó. Puesto que no había descansadero visible, volvió. Entonces envié y solté una golondrina. La golondrina se fue, pero regresó; Puesto que no había descansadero visible, volvió. Después envié y solté un cuervo. El cuervo se fue y, viendo que las aguas habían disminuido, come, se rasca, se atusa las plumas, pero no regresa.

Entonces dejé salir (todo) a los cuatro vientos y ofrecí un sacrificio. Vertí una libación en la cima del monte. Siete y siete vasijas cultuales preparé, sobre sus trípodes amontoné caña, cedro y mirto. Los dioses olieron el aroma, los dioses olieron el dulce aroma, los dioses se apiñaron como moscas en torno al sacrificio.

Cuando, al fin, la gran diosa llegó, alzó las grandes joyas que Anu había labrado para su disfrute: «Dioses, tan cierto como que no olvidaré este lapislázuli que está en mi cuello, recordaré estos días, sin jamás olvidarlos. Vengan los dioses a la ofrenda;
(pero) no acuda Enlil a la ofrenda, porque, sin mostrar respeto alguno, causó el diluvio y a mi pueblo condenó a la destrucción».
Cuando finalmente llegó Enlil y vio el barco, Enlil montó en cólera, le invadió la ira contra los dioses Igigi: «¿Escapó algún ser vivo? ¡Ningún hombre debía sobrevivir a la destrucción!». Ninurta habló al valiente Enlil, diciendo: «¿Quién, salvo Ea, podía idear algo así? Sólo Ea, que conoce toda maquinación».

Ea habló al valiente Enlil, diciendo: «Tú, el más sabio de los dioses, tú, héroe, ¿cómo pudiste, sin respeto alguno, causar el diluvio? ¡Castiga al pecador por sus pecados, castiga al ofensor por su ofensa!
¡(Sin embargo), sé benévolo para que [la humanidad] no sea cercenada! ¡Sé paciente para que no muera! En lugar de traer tú el diluvio, ¡ojalá un león hubiera surgido para disminuir la humanidad! En lugar de traer tú el diluvio, ¡ojalá un lobo hubiera surgido para disminuir la humanidad! En lugar de traer tú el diluvio, ¡ojalá una hambruna hubiera surgido para menguar la humanidad! En lugar de traer tú el diluvio, ¡ojalá una pestilencia hubiera surgido para herir a la humanidad! No fui yo quien reveló el secreto de los grandes dioses. Yo sólo hice que Utnapishtim viese un sueño, y percibió el secreto de los dioses. ¡Reflexiona ahora en lo que le atañe!».


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Fe de Erratas:

Es posible que esta entrada albergue algún error histórico referido a fechas o nombres. Si es así, ruego que me lo notifiquéis para dar fe del error. Muchas gracias por vuestra colaboración


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Más información:

Grymorum

Imagen: Wikimedia Commons
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2 comentarios:

totalmente erroneo puedes encontrar la escritura china y algunos de los kanjing espero haber escrito bien, hablan de un diluvio tambien, el relato de noe es biblico y real, porq el escrito del genesis lo escribe moises para q se de una idea de acontecimientos contados muchos siglos antes de q moises naciera, asi q no es exacta la fecha en q el diluvio ocurrio, pero tiene concordancia con lo q relata el Gilgamesh asi como lo de los chinos q comenté y algunos escritos hindus, aztecas, y aun los de la atlantida q algunos conocen. Saludos

hola! gracias por el comentario.
Yo no me atrevo a decir si el relato de la biblia o el del poema de gilgamesh es real o no...pero lo que si afirmo es que si el de la biblia se escribió en el milenio I a.c y el poema de gilgamesh alrededor del año 2600 a.c., y viendo el contenido de ambos escritos que es casi igual pero con dioses y "noés" diferentes; parece claro que el relato de la biblia (que es posterior) no es original y se basó en la leyenda que se recogió en el poema de Gilgamesh o directamente de este escrito. un saludo

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